CARGADERO DE MINERAL DE AGUAMARGA

El amplio desarrollo de la actividad minera durante el siglo XIX y primeras decadas del siglo XX en la provincia de Almería condicionó la existencia de una red de ferrocarriles mineros de la que en la actualidad tan sólo se conservan vestigios. Una de estas lineas es la de Lucainena-aguamarga. En el ambito del Parque Natural pueden verse aún tramos de la vía férrea y las instalaciones, aunque muy deterioradas, del embarcadero de mineral de Aguamarga. Este constituye junto con Rodalquilar uno de los elementos de máximo interés arqueo-industrial del Parque Natural.

Después de estudiar varias ubicaciones para instalar el embarcadero donde debía llegar el hierro de Lucainena, finalmente se optó por la ensenada de Aguamarga más defendida por los temporales de levante. En septiembre de 1.894 comienzan las obras y a mediados de 1.895 se termina el muelle-embarcadero. Finalmente en 1896, concluyen las obras y, en mayo de ese mismo año, se expide el primer cargamento de mineral acumulado en los depósitos de Aguamarga a bordo del vapor ALBIA. El costo de las instalaciones del ferrocarril fue de 3.500.000 ptas., los depósitos de mineral de 160.000 ptas., el embarcadero de 265.000 ptas., con un coste medio de 100.000 ptas/km.

Vista de la Playa de Aguamarga desde las ruinas

Aunque la empresa minera mantuvo un buen nivel de actividad, durante la primera decada del siglo XX, en la segunda, el mercado empieza a no ser tan favorable. En los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial tiene lugar una grave crisis siderúrgica en Europa y España, que supuso una durísima prueba para la mineral nacional del hierro. Durante 1.919 y 1.920 los depósitos de Aguamarga estaban repletos de un mineral que nadie compra. A estas dificultades se unen la competencia de minerales Norte-Africanos, las mejoras salariales que empiezan a introducirse por esas fechas e incluso la falta de personal debido a los fuertes movimientos migratorios que se producen en la provincia de Almería.

Aljibe que todavía esta en uso

La compañía soportó una marcha descendente hasta que en 1.931, y ante la imposibilidad de exportar sus hierros, se ve obligada a suspender temporalmente la circulación del ferrocarril. La actividad se reanuda esporádicamente , pero en 1.936, con el estallido de la Guerra Civil la situación se agrava.

Durante los tres años de contienda las minas y el ferrocarril quedan en manos de los propios trabajadores, aunque sin gran actividad. En 1.939 se reinició el trafico por ferrocarril hasta que la actividad cesó por completo en el año 1.942, fecha en que el vapor BARTOLO cargó por ultima vez en Aguamarga. Poco mas tarde se comenzaron a desmantelar las instalaciones mineras y ferroviarias. Las locomotoras, los puentes y los ferrocarriles fueron desmontados y tansportados en camiones hasta Almería.